Llegar a Oriente y no
ver una imagen de la Virgen del Valle es como llegar a
una casa y no saludar a su dueña, pues ella es la
santa patrona protectora de los orientales.
Del origen al culto a la virgen marinera se han
escrito muchas historias. La versión más aceptada
dice que en el siglo XVI los habitantes de Nueva Cádiz
mandaron a traer su imagen desde España para que
estuviera con ellos en la isla de Cubagua, pero a
consecuencia del maremoto que destruyó la ciudad en
1541, los sobrevivientes y la Virgen de la Inmaculada
Concepción se trasladaron al Valle del EspÃÂritu
Santo de la Isla de Margarita para ser la Virgen del
Valle y la Reina de Oriente.
Desde entonces ella desde su gruta o iglesia, irradia
en toda la región un sentimiento de amor, fe y energÃÂa
pura que es agradecido de miles maneras. Ejemplo de
ello, es la numerosa concurrencia de visitantes que dÃÂa
a dÃÂa van a El Valle para dejar sus ofrendas en el
Museo Diocesano que tiene un tesoro que asombra, tanto
por su belleza como por su cuantÃÂa, pero lo que más
asombro causa es la celebración de sus fiestas. Ellas
se inician el 1ú de Septiembre con la tradicional
bajada de Virgen, pero el dÃÂa central es el 08. Esa
fecha desde los cuatro puntos cardinales de oriente
llegan más de 300 mil personas para cantarle un galerón,
llevar flores o mostrar copiosas lágrimas en gratitud
a sus milagros que son tan numerosos como las
estrellas del cielo.